Por Alberto García (@Albertitogmlc)
Los dos colosos de la capital se citaban en el Bernabéu. Tras el empate a 0 en la ida, el coliseo blanco aguardaba con el billete a semifinales de la Champions. Sin embargo, amenazado por sus bajas, el Real planteó un juego más tranquilo, sin apurar jugadas arriesgadas que pudieran desembocar en un gol rival, que los obligase a tener que remontar el partido, ante la desventaja de que el tanto valdría doble. Y es que ya lo adelantaba Ancelotti antes del enfrentamiento: "Si el Atlético no tiene prisa nosotros tampoco". Y así fue, dominando, pero sin fatiga. Un morboso encuentro de los de Simeone que pagaron por su debilidad en el centro del campo y se vieron obligados a fortalecer su defensa.
La primera gran oportunidad llegaría a raíz de un falló de Saul, Ramos robaba el cuero y finalmente Cristiano erraba en el mano a mano ante la figura de Oblak, que volvía a hacer aparición. Temerosa primera parte, en la que ninguno de los dos equipos quiso jugar por lo arriesgado, pocas oportunidades y un Atlético comido por los nervios abrieron paso al descanso.
Daba comienzo un segundo tiempo más fugaz pero sin llegar a ser lo que sucedió en la ida, sería entonces cuando comenzaría a pasear por el césped del Bernabéu el protagonista del partido, Javier Hernández, bajo el sobrenombre de Chicharito.
Llegaba el primer intento de los blancos, Isco dejaba en bandeja un pase al mexicano ubicado tras la línea de fuera de juego, en un fallo del linier, ocasión que terminaría superando el travesaño, marchándose por línea de fondo.
El Madrid estaba más puesto y con las ideas claras, no dejo a penas hueco a los rojiblancos para buscar la meta. Destacando un remate de Gámez en la frontal que terminaba bloqueando Casillas.
Corría el tiempo, y el duelo aguardaba la prolongación de media hora. Sería entonces cuando una dura entrada de Arda Turan, que vería la segunda amarilla y por tanto la roja, costaba una importante perdida al conjunto colchonero, que se quedaba con diez.
El Madrid se lanzaba a la presión. Comenzaban los mano a mano ante la pantera eslovena, iniciaba el recital ofensivo de los decacampeones. Simeone plantó entonces un tercer central, buscando contrarrestar el asedio rival. Inútil fue evitar el gol y el Atléti terminó sucumbiendo. Apenas dos minutos antes del final, Cristiano se plantaba ante Oblak y cedía el cuero a Chicharito, que terminaba marcando en la agonía del partido.
Tal que un gol en una final de un mundial, el Bernabéu enloquecía en euforia. Los de Carletto cerraban el pase a semis y a los rojiblancos se les quedaba corta la humildad del coraje y corazón. La inseguridad colchonera, dejó tras de sí el lastre de una irregular temporada. Un partido muy lejos de aquel histórico 4-0 en el Calderón y del ruidoso Atlético de la pasada campaña.
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