Redactado por Camilo Fernandez
La cómoda victoria del Sevilla no responde a otra cosa
que al buen momento que atraviesa el equipo, que este domingo jugaba con seis
caras nuevas con respecto al pasado jueves. Fue un triunfo autoritario y una
historia que tuvo poco más de 45 minutos. Esta vez Emery apostó por jugarcon
los pies, en vez de con la cabeza de Iborra, aprovechando el talento de Reyes,
Denis y Banega en la línea de tres cuartos. Las permanentes subidas de
Tremoulinas generaban continuas situaciones de superioridad. Por ahí,
precisamente, llegó la jugada que desequilibró el choque.
Reyes tomó la pelota,
le tiró un caño a Damián, pisó área y cayó. Penalti y fin de la emoción. Carlos
Bacca finiquita desde los once metros y el Elche baja la cabeza. El Sevilla
tiene a un Banega en estado de gracia, cada pase que intenta el argentino, que
además en cada partido incrementa su trabajo en defensa, demuestra que es un
futbolista único. Hizo un paso magistral que dejó solo a Coke en el flanco
derecho del área, para que la pusiera al área chica y Bacca hiciera el segundo.
Todo lo que ocurría en el césped hasta el descanso lo protagonizaba el Sevilla.
En la reanudación el partido se empinó un poco, porque el Elche salió con la
convicción que le había faltado en la primera parte. Sobre todo en los primeros
quince minutos se pudieron meter en el partido, pero el Sevilla y Rico
aguantaron bien. Unai Emery no tardó en cambiar al equipo con tres cambios
rápidos, saliendo Aleix, Gameiro y Mbia para darle un tono más agresivo al
juego. El relevo inyectó más nervio y Gameiro, de hecho, se apuntó un nuevo
tanto, aprovechando otro servicio interior maravilloso de Banega.
Fue el gol del galo el final de una victoria que no ofreció debate y que refleja el magnífico estado de forma de el SFC.
Fue el gol del galo el final de una victoria que no ofreció debate y que refleja el magnífico estado de forma de el SFC.
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