miércoles, 11 de marzo de 2015

Real Madrid 3 - 4 Schalke 04. Cristiano salva al Madrid de la catástrofe

Redactado por Inocencio Meléndez ( @CMFoficial )


LA FICHA:

3 –Rel Madrid: Casillas; Arbeloa (Nacho, min. 83), Varane, Pepe, Coentrao (Marcelo, min. 58); Khedira (Modric, min. 58), Kroos, Isco; Ronaldo, Benzema, Bale

4 – Schalke 04: Wellenreuther; Howedes, Matip, Nastasic; Neudstater; Barnetta (Uchida, min. 81), Hoger (Goretzka, min. 57), Meyer, Fuchs; Choupo-Moting (Sané, min. 29), Huntelaar.

Goles: 0-1. M. 10: Fuchs; 1-1. M. 25: ; 1-2. M. 40: Huntelaar; 2-2. M. 45: Cristiano Ronaldo; 3-2. M. 52: Benzema; 3-3. M. 57: Sané; 3-4. M. 84: Huntelaar.

Árbitro: Damir Skomina (Eslovenia). Amonestó a Cristiano Ronaldo (min. 31), Coentrao (min. 55) y Fuchs (min. 90'+3').


Ayer vivimos uno de los peores partidos de la era Ancelotti, y de muchos años, fue una actuación tremendamente horrible de todo el equipo, aunque también hay que saber reconocer que el Schalke hizo un verdadero partidazo, y estuvo a punto de dar la gran campanada de esta champions, lo que evitó el previamente señalado Iker Casillas, tras haber fallado en varios de los goles, que irónicamente salvó de la eliminación a los últimos campeones, y posiblemente salvó el cargo de Ancelotti.

Los primeros minutos ya dejaron claro que este Real Madrid no es el mismo que encadenó 22 triunfos seguidos, ni siquiera el que empató con el Villarreal, a pesar de algún acercamiento de los merengues con varios tiros desviados y un par de saques de esquina a favor, el dominio era alemán, y según iban pasando los minutos se iba haciendo mucho más claro. El conjunto de Di Matteo avisó al Madrid con pocos pero peligrosos acercamientos, que iban dejando al descubierto las carencias en defensa de los blancos, con un Varane terriblemente mal y el resto de los defensas sin demasiado brillo, todo esto desembocó en el primer gol germano, obra de Fuchs, que se encontraba libre de marca dentro del área, que aprovechó un centro desde la derecha para batir a Casillas, con bastantes facilidades del natural de Móstoles.


Este gol despertó definitivamente la ira y el nerviosismo del Bernabéu, que dirigió una gran pitada a Iker Casillas, y silbidos al resto de los jugadores. El panorama pintaba muy negro para los madridistas, que estaban jugando sin ideas y sin concentración, pero una vez más volvía el de siempre, Cristiano Ronaldo remataba al fondo de las mallas de Wellenreuther un cabezazo muy bueno a un córner centrado de maravilla por Kroos.

El empate parecía haber tranquilizado los ánimos, pero esta necesaria tranquilidad volvió a romperse con las continuas llegadas del Schalke, que primero avisó con un trayazo del ex-madridista Huntelaar a la escuadra, para poco después hacer el segundo el propio holandés, que aprovechó un mal despeje hacia el centro de Casillas a un tiro de Meyer, para marcar el segundo a puerta vacía.


Pero este no era el último gol que se vería en la primera parte, justo cuando el respetable del Bernabéu se preparaba para despedir a los suyos con los pañuelos blancos es la mano llegó el segundo gol del Real Madrid, el segundo de Cristiano, que volvió a empalmar un magnífico cabezazo a las mallas del joven portero alemán, gracias a un gran centro de su colega Coentrao desde la banda izquierda.


El segundo tiempo empezaba con muy buenas noticias para los locales, Modric se dirigía a calentar para salir en los siguientes minutos, y Karim Benzema maquillaba un poco su pobre actuación con un buen gol tras arrancar en posición dudosa, que el árbitro no vio como fuera de juego, que permitió al galo subir al marcador el tercer gol madridista, que parecía decantar definitivamente la balanza en favor de los blancos, pero quedaba mucho más.


El Schalke se sentía fuerte y confiado, y no quería dejar escapar la posibilidad de completar una machada histórica, por lo que tres minutos más tarde del gol de Benzema volvía a empatar el club minero, esta vez el encargado fue el chaval de 19 años canterano del propio Schalke, Leroy Sané, que batía a Casillas con un lanzamiento desde fuera del área en el que pudo hacer mucho más el portero madridista.

Ante la proximidad del peligro, Ancelotti llamó a Luka Modric para dar orden y algo más de consistencia al penoso juego de los blancos, algo que consiguió en parte, pues como es normal, un jugador recién recuperado de una lesión no puede llevar la responsabilidad del juego. Aunque también se vieron sus cualidades técnicas, que no han mermado con la lesión, y que permitieron respirar más tranquilos a los aficionados y el cuerpo técnico. Pero esto sólo funcionó en parte, como dije antes, porque el control del juego seguía perteneciendo a los visitantes, que hacían sufrir a los defensas del Madrid en cada jugada de ataque alemán.

Nos acercábamos al final de partido, y el juego parecía haberse tranquilizado con la entrada de Modric, pero que va, los alemanes apretaban y ponía en mucha dificultad a los locales, que como sucediera en el primer gol, habían lanzado una serie de avisos  por parte de Fuchs, Meyer y Huntelaar, que acabaron con el segundo gol del "cazador", que parecía querer reivindicarse ante un público que no fue capaz de convencer en el 2009.´

 Este gol llegó a 5 minutos del final, y puso el alma en vilo a todos los aficionados madridistas, que contemplaban como podían ser apeados de la competición en la que defienden título, con un nerviosismo observable a simple vista, y unos jugadores superados por el momento y por el rival, que a duras penas consiguieron mantener el resultado, no sin sufrir, pues el Schalke pudo haber consumado la debacle con dos acercamientos muy peligrosos que acabó parando Casillas, salvando al equipo de la eliminación, pero no de la sonora y más que justa pitada de los aficionados.

Para concluir esta crónica daré mi opinión de corazón, de un madridista que se sintió cabreado y avergonzado por el terrible espectáculo que ofrecieron en el campo los pupilos de Ancelotti, que gracias a su inmovilismo y su mentalidad cerrada donde no existen las rotaciones ha logrado agotar física y mentalmente a una gran parte de los titulares, a lo que hay que sumar la nula utilización del banquillo, que han perdido la motivación por la vehemencia de Carlo Ancelotti en dejar clara la diferencia entre titulares y suplentes y que no hay ninguna posibilidad de entrar en el once inicial.


Pero hablando únicamente del partido de ayer, no se entiende en ningún lugar que finalidad tenía colocar a Khedira en el equipo titular (recordemos que acaba contrato en junio y no tiene intención de renovar), dejando en la grada al fichaje de invierno Lucas Silva y a Illarra en el banquillo. La idea fracasó, como no podía ser de otra manera, ya que Khedira ha vuelto a demostrar que no es jugador para el Real Madrid, ni por calidad, mentalidad, esfuerzo, o cualquier capacidad necesaria en un futbolista de élite, lo que Khedira ha demostrado una vez más no ser, en el que para el bien del equipo debe haber sido su último partido con la camiseta del Madrid.





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