sábado, 28 de marzo de 2015

Crónica de un abandono.

Siguiendo el camino hacia la Eurocopa de 2016 Montenegro acogía el encuentro entre su selección y la selección rusa. El partido era del grupo G de clasificación, donde Rusia y Montenegro empataban a 5 puntos por el tercer puesto que daría opción a repesca. Por ello, el partido se planteaba como un partido importante para ambas selecciones, que necesitaban la victoria para irse hacia arriba y poder pensar solamente en la clasificación. Para ello Capello alineaba a Akinfeev/ Smolnikov, Berezutsky, Ignashevich, Kombarov/ Denisov, Shatov, Dzagoev, Shirokov, Zhirkov/ Kokorin. Por su lado Brnovic alineaba a Poleksic/ Zvarotic, Simic, Basa, Balic/ Kascelan, Vukcavic, Volkov, Marusic/ Vucinic, Jovetic.

Sin embargo, al empezar el partido, este ya quedaría marcado, porque a algún "aficionado" se le ocurriría lanzar una bengala desde la grada, con tan mala fortuna que esta iba a impactar prácticamente en la cabeza de Akinfeev, haciendo que este tuviese que ser evacuado del campo en coche médico. Es decir, una vergüenza para el fútbol, otra más, y ya son varias las que se dan en los últimos tiempos relacionadas con la afición, así que el palo que le puede caer a la federación de Montenegro puede ser grande, y no se si decir que es merecido, porque verdaderamente, lo merecido sería que lo pagase el o la que ha sido capaz de poner en peligro la seguridad de un jugador en pleno partido. 



Con todo esto, y variando la alineación inicial, Lodygin sustituía a Akinfeev y el partido podía empezar, con más de media hora de retraso, y es posible que por eso el partido empezase tan frío como empezó, los jugadores parecían estar más pendientes de no tener una lesión al estar sin ritmo que de jugar, y así pasaron casi 15 minutos con nada de acción en el partido, a partir de ahí, fue Rusia la que tomó el peso del partido, prácticamente sin peligro, pues los siguientes quince minutos estuvieron marcados por el ataque de un equipo plano, como estaba siendo Rusia, sin encontrar espacios y tocando y tocando sin más, y por las contras de un equipo como Montenegro que encontraban a Vucinic, pero no a Jovetic, que pasó toda la primera parte desapercibido.

Sin embargo, a partir del minuto 30 el partido cambió, y para que cambiase tuvo que aparecer un veterano Zhirkov a encontrar espacios a la espalda de la defensa local, y desde entonces llegaron las oportunidades más importantes del partido, la mejor posiblemente la tuvo Kokorin, que falló inexplicablemente un uno contra uno frente a Poleksic, para que, minutos más tarde fuese Dzagoev el que fallase un balón bastante claro al borde del área pequeña, tras varios rechaces.

Y sin más, el partido llegaba a la mitad, con un resultado justo, pues Rusia tiene equipo para mucho más, sin embargo, parece que Fabio Capello no es capaz de dar con la tecla del equipo, y por su lado, Montenegro no buscó el gol, pero supo contener muy bien hasta el minuto 30 los ataques rusos, con una buena colocación en defensa, pero el partido no ofreció mucho más hasta el descanso, y se fue a este marcado por el bengalazo del primer minuto.

La segunda parte se iniciaba con polémica de nuevo, el descanso duraba 32 minutos, y es que algunos miembros del cuerpo técnico de Rusia no estaban muy conformes con reanudar el partido, sin embargo la UEFA decidió tirar para adelante, pero poco duró esta decisión, pues estaba claro que al mínimo incidente el partido se acabaría, y tras una segunda parte que empezaba más entretenida, con un mejor Jovetic y oportunidades para ambos bandos y, tras un penalti fallado por Rusia, en un saque de banda de los visitantes se volvía a lanzar un objeto al sacador, que se lo mostraba al árbitro, que iba a tomar directamente la decisión de suspender el partido, por lo que lo más normal sería que el resultado acabase siendo un 0-3 para una Rusia que había tenido más oportunidades, pero que no ha demostrado su nivel. 

La verdadera reflexión de esto la tendrían que hacer los montenegrinos, pues algunos y algunas han ido allí a cargarse la posible clasificación de su selección, pues si esta ganaba se metía tercera con opción a repesca, pero allá ellos y ellas con sus actos, aunque está claro que no ha sido toda la gente del estadio, allí seguramente habrían niños y niñas con su familia y gente que simplemente iba a animar a su país y que no tienen culpa de que unos cuantos cometan estos actos, y que, al final, los perjudicados serán sus jugadores y sus compatriotas. Si de verdad les gustase el fútbol y quisiesen animar a su país no lanzarían nada, sino que cantarían.


Obviamente casi nadie quiere volver a ver imágenes como esta, en la que un portero que tiene que salir en camilla porque le ha caído una bengala, bengalas que ya se han cobrado víctimas en otros campos de fútbol, como pasó en España. Lo único que queremos es que se juegue, nos divirtamos, animemos, y volvamos a casa alegres, tristes, enfadados, eufóricos o en cualquier otro de los muchísimos estados que produce este magnífico deporte, queremos volver así, pero también enteros, sin susto en el cuerpo y teniendo ganas de volver al campo a animar a tu equipo, no de quedarte en casa la próxima vez que toque jugar en casa, para ello se necesita muy poco, basta con ser racionales y pensar, pensar en que no estamos solos en el campo y que todo lo que hacemos afecta de una manera o de otra al resto. 

Redactado por: Antonio Guillén 
@Fartony8

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