Costó cerrar este fichaje, y mucho, pero una vez llegó, el resto iban cayendo solos, unos fueron más acertados como el de André Gomes, otros fueron bombas pero que nunca llegaron a explotar, como es el caso de Álvaro Negredo, pero la afición nunca ha dejado de lado a los jugadores, y éstos llevan agradeciendo el apoyo todo el año, y es posible que aún continúen haciéndolo, porque el partido de ayer fue el premio a un año de ensueño, y que todos queremos que siga creciendo.
Ha habido partidos excepcionales, que han hecho vibrar de forma increíble a 55.000 gargantas, que sabían que sus jugadores se estaban dejando todo en el terreno de juego, han existido muchos días así, contra el Real Madrid, Atlético, Sevilla... Pero no todo ha sido un camino de rosas, recibimos una goleada de Riazor, una derrota en el último minuto frente al Barça, una eliminación copera muy prematura, pero nada hizo que este equipo se rindiese, y nadie consiguió que dejáramos de creer en estos jugadores.
Y el premio de la LFP acabó de confirmarlo, la afición recibió el premio, y los dirigentes ches no dudaron en recompensar a los aficionados, el viaje a Almería, que era una verdadera final, tan sólo costaría 30 euros, era una oportunidad única para viajar con el club de tu vida, muchos hicieron noche en los aledaños del estadio, esperando que amaneciese para conseguir esa ansiada entrada, pero lo mejor estaba por llegar, una vez abrieron las taquillas, el club confirmó que todo iba a ser gratis, 600 aficionados teñían de blanco y negro Almería.
Mas estos aficionados pudieron vivir en primera persona lo que se puede sufrir en campo rival, el triunfo fue agónico, y una vez finalizó el encuentro, se desató la locura, se estuvo trabajando durante todo el año por conseguir esta plaza, y finalmente se consiguió, el Sevilla fue rival, pero los valencianistas supieron dar ese escalón que ojalá lo hagan ellos en Varsovia, aunque la fiesta no acabaría en Andalucía.
Una vez la expedición llegó al aeropuerto de Manises, alrededor de las 23:30, vio como el valencianismo estaba rendido a sus pies, se vitoreó a Alcácer, se le pidió a Otamendi que renovara, y se le agradeció a Lim que empezara a despertar a un gigante que no estaba muerto, sino dormido, y que se acerca a la máxima competición europea, el himno de la Champions sonará de nuevo en Mestalla como mínimo una vez. Esto es ser del Valencia, esto es sentirse orgulloso de un equipo, y sobretodo de una afición.
Redactado por Miguel Castells (@CastellsMiguel)
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