viernes, 28 de noviembre de 2014

Feyenoord 2-0 Sevilla: El Sevilla se quema en el infierno holandés

Redactado por David Correa (@MDavidCorrea)

El campeón de la Europa League cosechó su primera derrota en "su" competición favorita, al caer en tierras holandesas por 2-0 ante un Feyenoord que supo controlar en todo momento el partido y que, espoleado por su público, deja a los de Emery con la primera plaza muy lejos.




El Sevilla de Unai Emery tenía en la noche de ayer la posibilidad de cerrar la clasificación, y como primero de grupo, a los dieciseisavos de final de la Uefa Europa League, pero ha sucumbido contra un Feyenoord que nada se pareció al que nos encontramos en el Sánchez Pizjuán y que, con la garra impuesta en la tarde de ayer, ha dejado los 3 puntos en casa y, de paso, la primera plaza del grupo casi cerrada. 
El Sevilla se presentó en el estadio De Kuipp con la intención de hacer borrón y cuenta nueva de lo sucedido durante el fin de semana en su visita al Camp Nou, y es que se dice que el equipo hispalense no rinde igual cuando juega en casa que cuando lo hace fuera del Sánchez Pizjuán. Por desgracia, esta noche ha vuelto a ser así. No sabemos el por qué, el Sevilla tira más de media parte en los partidos, e intenta reaccionar cuando le asestan el primer golpe, pero claro, ese golpe a veces, como ha pasado precisamente esta noche, puede ser mortal e irreversible. Lejos de un nivel de mejoría, las mismas sensaciones de apatía, de un juego racano, sin ideas, con un Denis Suárez desaparecido si lo colocas en una posición de interior, con un Aspas que tiene voluntad pero no confianza por parte del entrenador, con un Gameiro que quiere pero no puede, y con una pareja de mediocentros que destruye sí, pero no le puedes pedir que creen, porque no saben. Eso, unido a una defensa que, sino está Pareja se viene abajo porque Carriço no lo puede sacar todo, con un lareral izquierdo que cada día deja más y más dudas en Nervión ( "Kolo" ) y con un estilo de juego que, a veces gusta, pero no se entiende cuando tendrá patrón definitivo. 

Lejos de eso, el Sevilla era favorito y tenía que haber impuesto ese favoritismo en el césped de un estadio que ha sido una auténtica caldera y un auténtico infierno para los hispalenses. Y es que, por razones de seguridad, cosa que me parece indignante y repulsiva, el equipo nervionense se ha visto sólo, sin apoyos, porque sus aficionados estaban avisados de que si acudían a Rotterdam, iban a salir calentitos, como quien dice, y eso en pleno siglo 21, en una ciudad europea y en un estadio de un equipo que está jugando la Uefa Europa League es, cuanto menos, demencial. Ambiente aparte, y más cosas que no merecen la pena nombrar en una crónica deportiva, el Sevilla naufragó y lo hizo por no tener la valentía que sacó tras encajar el primer gol en una jugada tonta, obra de Toornstra, en el minuto 10 de la segunda parte. Y comienzo a decir ya la segunda parte porque en la primera no hay nada que podamos destacar, a parte de un centrocampismo que imponían cada conjunto y que el otro intentaba romper sin éxito. Sergio Rico cuajó buen encuentro. tuvo poco trabajo pero el poco que pudo hacer lo solventó con garantía, y digo pudo hacer porque en ninguno de los dos goles holandeses se le puede culpar al portero sevillista de nada. Son despistes que cuestan caros y en Europa más todavía.
A lo que iba, la segunda parte comenzó con el Feyenoord dando ese pasito adelante que el Sevilla nunca da primero y que se dispone a dar cuando le asestan el primer golpe, en este caso en un gol del extremo holandés que batió a Sergio a quema ropa tras una jugada embarulllada. A partir de ahí se vio reacción sevillista, que menos con la calidad que tienen, entraron Bacca y Deulofeu por Denis e Iago Aspas ( este último cabreado con el cambio y cansado de ser siempre la moneda de cambio). El Sevilla durante 10-15 minutos adelantó líneas, presionó, e incluso, marcó el gol del empate en una falta botada por Jose Antonio Reyes que Mbia, de cabeza. mandó a las redes holandesas, pero el juez de línea anuló por fuera de juego ( algo que sólo vio él ) porque Mbia no estaba ni mucho menos adelantado, sino 3 metros por detrás de la línea defensiva que marcaba el Feyenoord. A partir de ese gol anulado. otra vez volvió ese juego feo, rácanao, subterráneo que siempre interesa al que va ganando, y más si es un equipo inferior al campeón de la Europa League, como el Feyenoord. Toda esperanza sevillista se vio esfumada con el golazo en el 83 de Hammady, enganchando una bolea con el exterior mandándola imposible para Sergio Rico. Ahí acabaron las aspiraciones del Sevilla, que si no es por el portero canterano, se hubiera traido un 3-0 de Holanda. 
En definitiva, una pésima imagen en una jaula infernal, con unos aficionados maltratados y con un billete para la fase final de la Europa League que se va tener que jugar el campeón de la competición contra el Rijeka, en su estadio y con su gente. Esperemos que ese día la jaula sea para los croatas y los que salgan vencedores los locales. 

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