El Barça llegaba con tantas ilusiones como dudas a la vuelta de la Supercopa de España ante el Athletic Club después de haber perdido por 4-0 en San Mamés. Los jugadores creían en la remontada y un Camp Nou repleto parecía refrendarlo, pero los rojiblancos no estaban dispuestos a dejar pasar la oportunidad de ganar un título después de 31 años y llegaron a Barcelona aspirando a todo y lo consiguieron. El gol de Messi a las puertas del descanso dio esperanzas renovadas a los culés, pero Aduriz en el minuto 75 puso punto y final a la incertidumbre.
Así comenzó el partido, con un arreón del Barcelona que puso en serios apuros a la defensa vasca y para el minuto cuatro, Piqué ya había estrellado un remate en el larguero. Los catalanes continuaron apretando, aunque un Athletic muy serio puso en serias complicaciones a la ofensiva blaugrana. Los de Valverde buscaron sus oportunidades a la contra y a balón parado, pero el esférico ya había avisado de que, por el momento, no quería entrar.
La ilusión del sextete y de poder conseguir la Supercopa de España se iba diluyendo ante la sobria defensa athleticzale, pero un poco participativo Messi hizo acto de presencia cuando más lo necesitaba su equipo. Mascherano, incorporándose al ataque, realizó una gran jugada que terminó con Suárez poniéndole el balón al argentino para que, tras controlar con el pecho, rematara al fondo de las mallas.
Así se llegó al descanso y en la reanudación continuaría el mismo esquema, el Barça atacando y el Athletic defendiendo sin pasar grandes apuros. El encuentro parecía adormilado y muy propicio para los rojiblancos, aunque los culés consiguieron espolearse después de que Piqué viera la roja directa en el minuto 58 por protestarle al linier. Llegó el vendabal blaugrana y primero Pedro y después Rakitic mandaron al limbo las últimas ocasiones de hacerse con la Supercopa.
Los cambios tampoco consiguieron inclinar la balanza hacia el lado local y Aritz Aduriz, que ya marcó un hattrick en San Mamés, volvió loca a toda la afición vizcaína. Un desajuste defensivo del Barcelona dejó al guipuzcoano solo ante Bravo y no consiguió marcar a la primera, pero sí a la segunda y en ese momento se confirmó que la Supercopa volaría hacia Bilbao. A pocos minutos del final, el recién entrado Kike Sola también vio la roja directa por pisar el tobillo de Mascherano, aunque pareció no ser intencionado.
Los de Luis Enrique continuaron intentándolo con más corazón que cabeza, pero el resultado ya no se movería más y el Athletic Club se proclamó merecidamente campeón de la Supercopa. El capitán Carlos Gurpegui levantó el primer título oficial del club después de 31 años de sequía, aunque no sin ocasiones para hacerlo.
Redactado por Jone Fernández (@jonefernandez)
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